Lic. en Psicología (Mg) Universidad Nacional de Córdoba.
Magister en Políticas y Gestión en Salud (Universidad de Bologna/Italia).
Supervisor clínico y psicoterapeuta.
Ex coordinador del Área Docencia en Fundación PROSAM (Programas para la Salud Mental) OSDE.
Miembro de APSA (Asociación de Psiquiatras Argentinos).
Director de Espacio CIDISAMA (Consultoría, Investigación, Desarrollo e Innovación en Salud Mental y Ambiente).

03-08-2021

Cuidar al que cuida

Reinaldo Negrello - Columna para el Grupo PAIS

Dad palabra al dolor: el dolor que no habla gime en el corazón hasta que lo rompe.
William Shakespeare

En medio del 2021, segundo año de la pandemia del Covid, pienso cada día en aquellos y aquellas profesionales de la salud que están en la llamada trinchera, definiéndose en términos bélicos así: es una zanja excavada en la tierra dentro de la cual quedan los soldados protegidos del fuego enemigo o parcialmente cubiertos para poder disparar.

Ellos y ellas protegidos con trajes casi espaciales para defenderse del virus enemigo y también para poder hacer la maniobra para vencerlo, acciones de valentía para poder en muchos casos disparar y doblegarlo, ayudando a esos pacientes que casi no los pueden reconocer visualmente, solo lo hacen por la voz ó algunos gestos que acompañan sus indicaciones, pero éstos son los únicos humanos interlocutores para quien está internado, reconoce en ellos el cuidado necesario como si fueran un ser querido “pero de prestado”.

Es en el frente de batalla, en el codo a codo, en el puño a puño, en el día a día con quien padece la enfermedad Covid, donde saben estos profesionales de la salud que para algunos de sus pacientes llegará un momento de empeoramiento, un traslado a cuidados intensivos, donde aparecen palabras como respirador, saturación de oxígeno, neumonía ó muerte, que se han hecho comunes para muchos de ellas y ellos.

No son solo palabras, sino actos, hechos, recuerdos imborrables de una película de terror, que no es precisamente una película, es una cruel realidad llena de miedos, de soledad angustiante para las dos partes, los pacientes y los trabajadores de la salud, que se ven reflejados en esos actos únicos y personales, aunque sea trabajando en equipo.

Los que están en esa línea de lucha deben ser cuidados más que a nadie, porque si sabemos a través de las consultas psicológicas que muchas personas en estas circunstancias de pandemia se angustian, tienen cuadros de ansiedad ó de depresión o ambas, como no pensar que aquellos que están frente a frente con el virus todos los días tendrán los mismos cuadros emocionales, pero agravados a través de la repetición de esa película de terror de todos los días, todas las semanas, todos los meses en el último año.

Debiéramos preguntarnos si hacemos algo al respecto, si desde los organismos estatales o privados se hace algo por aliviar el dolor de este personal de salud, quizás en cada paciente que ven fallecer haya algo de parecido con algún caso similar familiar ó de amistad, quizás pueda ser una representación psíquica de lo que podría pasarle inclusive a él o ella mismos.

Me motivó a escribir sobre este tema, una médica que me contaba lo que le había generado cuando tenían que decidir a quién llevar primero a la unidad de cuidados intensivos, si a un joven de 27 ó un señor de 45 años, su jefe había decidido primero por el señor de 45 quien estaba un escalón arriba en el riesgo de vida, pero que a su vez el joven de 27 permanecía aterrorizado con sus manos aferradas a la cama diciéndole “tengo miedo de morirme”, la médica pudo darle palabras para calmarlo más allá de los medicamentos, pero al volver a su casa su propia angustia supera cualquier nivel tolerable y se larga a llorar en soledad.

Pensemos que muchos residentes médicos jóvenes viven solos, en algunos casos sus familiares viven en otras localidades alejadas. El personal de salud que es un poco más grande tal vez viva con sus familias, pero en muchos casos no los ven por tiempos prolongados para no hacerlos correr ningún riesgo, como sí lo corren ellos de contagiarse. Siguen cuidando una vez más, pero quién cuida al que cuida ? Quien los cuida a ellos y ellas ?

Quizás estos grupos que trabajan en el ámbito de la salud, junto a los niños y los adultos mayores, sean los más perjudicados en los próximos tiempos con patologías de salud mental. Es probable que no lo veamos al menos en lo inmediato, hasta que se calme la pandemia, porque el fuego aún no está apagado y se debe seguir bombeando el agua que lo vaya apagando, pero cuando la calma llegue y se pueda descansar, poco a poco empezarán a aparecer muchas imágenes, muchos recuerdos, muchos llantos postergados.[1]

Ese será el momento en que aparecerán los trastornos por estrés postraumático (TEPT) en algunos ó muchos de los que trabajaron en la pandemia en la primera y segunda línea, una respuesta corporal y psíquica a un evento emocional traumático repentino, que además se repite diariamente durante más de un año a la fecha.

Se hará el diagnóstico de TEPT si al menos persiste durante un mes lo siguientes síntomas:

  • al menos un síntoma de recuerdos intrusivos ó reviviscencia

(experimentar flashbacks ó revivir mentalmente el acontecimiento traumático, incluso con palpitaciones y sudoración, también recuerdos o sueños recurrentes)

  • al menos un síntoma de evasión

(mantenerse alejado de lugares, acontecimientos u objetos que hacen recordar la experiencia traumática)

  • al menos dos síntomas de hipervigilancia y reactividad

(sobresaltarse fácilmente, tener dificultad para concentrarse o conciliar el sueño, sentirse irritable, tener comportamientos arriesgados)

  • al menos dos síntomas cognitivos y del estado de ánimo

(tener pensamientos negativos sobre uno ó el mundo, perder el interés en actividades, aislarse socialmente, sentimientos de culpa)

Precisamente si se tiene contacto con amigos ó familiares de los profesionales de la salud se lo podrá ayudar por ejemplo con:

  • orientarlo a una consulta psicológica y/o psiquiátrica de apoyo y contención tratando de superar la autocomprensión y/o automedicación
  • ofrecer apoyo emocional, comprensión, paciencia y ánimo positivo.
  • aprender sobre el trastorno (TEPT) para poder entender lo que su amigo ó familiar esté sintiendo
  • escuchar atentamente y prestar atención a sus emociones y a las situaciones que puedan desencadenar los síntomas de este trastorno

Pero también es una propuesta de este trabajo, la posibilidad de que los servicios involucrados en la atención con pacientes Covid sumen el trabajo de los Servicios de Salud Mental a través de grupos de contención y esclarecimiento para trabajadores de la salud, como ejemplo, reeditar los grupos Balint que allá a lo lejos a partir de los años 60, tuvieron tan buena recepción en los servicios médicos.

Los grupos Balint homenajeaban a su creador y consisten en principio en grupos de médicos, ahora extensible a enfermeros, kinesiólogos, bioquímicos, camilleros, etc. coordinados por un profesional de la Salud Mental, donde se reflexiona sobre la experiencia de la subjetividad en su tarea cotidiana.

Recordemos que Michael Balint inició este trabajo de investigación con grupos de médicos generalistas después de la Segunda Guerra Mundial, así como muchos otros estudios como el de Abram Kardiner en su publicación Las Neurosis Traumáticas de Guerra, donde van trabajando las secuelas de los hechos traumáticos de posguerra repetidos ó sostenidos en el tiempo.

Ya en el DSM-5 (Manual de diagnósticos psiquiátricos) (2013) se agrupa al Trastorno por Estrés Postraumático (de inicio hasta 6 meses después de los eventos que lo ocasionaron) junto al Trastorno por Estrés Agudo (de inicio inmediato), situándose con la denominación de Trastornos relacionados al trauma y el estrés:

Exposición a la muerte, lesión grave ó violencia sexual, ya sea real ó amenaza, en una ó más de las formas siguientes:

  1. Experiencia directa del suceso traumático.
  2. Presencia directa del suceso ocurrido a otros.
  3. Conocimiento de que el suceso traumático ha ocurrido a un familiar próximo ó a un amigo íntimo.
  4. Exposición repetida ó extrema a detalles repulsivos del suceso traumático.

Podemos inferir después de estas definiciones con que nos encontraremos en los próximos tiempos, las semejanzas a términos bélicos y las situaciones de muerte vividas por todo el arco de profesionales en el trabajo directo e indirecto con la pandemia y con todos aquellos pacientes con los que le ha tocado luchar, no será una anécdota más para quienes la vivieron de cerca.

Es por eso que, se debe pensar en políticas públicas en salud que incluyan acciones para la sustentabilidad de los equipos de salud, que el desgaste que la pandemia ha producido en ellos, sea evaluada, sea trabajada y tenga un sentido de solidaridad para con aquél que puso reiteradas veces el cuerpo en situación de estrés, tenemos que ayudar a evitar un burnout casi seguro, un colapso no de camas sino del personal sanitario, aumentar el compromiso laboral con merecidos descansos y mejor remuneración y a través por ejemplo, de instrumentos grupales de apoyo como el propuesto en esta nota, para ayudar a obtener la resiliencia necesaria de aquellos que han padecido el trauma del esfuerzo sostenido frente al peligro y las batallas perdidas, en definitiva a sostener a ese que cuida, para que se sienta cuidado, es decir cuidar al que cuida.

Balint M. y otros, Psicoterapia Focal, Editorial Gedisa, 2012

Cía A., Trastorno por estrés postraumático, Imaginador, 2005

DSM-5, Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, Editorial Panamericana, 5ta edición 2021

Freud S., Obras completas, Amorrortu Editores, 2004

Kardiner Abram, Traumatic neuroses of war, Martino Fine Books, Eastford, 2012

[1] Desde el inicio de la pandemia, se han definido ya varios protocolos y realizado investigaciones sobre el efecto en la salud mental de quienes integran el equipo de salud. Entre otros: OPS/OMS Cuidando la salud mental del personal sanitario durante la pandemia de COVID-19; Informe de políticas de las Naciones Unidas: La COVID-19 y la necesidad de actuar en relación con la Salud Mental, Mayo 2020; Revista de Neuro-Psiquiatría versión impresa ISSN 0034-8597Rev Neuropsiquiatr vol.83 no.1 Lima enero 2020, Impacto de la epidemia del Coronavirus (COVID-19) en la salud mental del personal de salud y en la población general de China. Hay recomendaciones del Ministerio de Salud de la Nación en su página web para el personal de salud que atiende a pacientes COVID. Hay varias investigaciones publicadas en la revista The Lancet.

Lic. Reinaldo Negrello (Mg.), 2021