Abogada, egresada de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Buenos Aires.
Magister en Salud Pública, de la Universidad Nacional de Buenos Aires.
– Entre 1978 y 1994, cumplió funciones en el INSTITUTO NACIONAL DE OBRAS SOCIALES (INOS), luego en la ADMINISTRACIÓN NACIONAL DEL SEGURO DE SALUD (ANSSAL), en carácter de Asesor Legal, Apoderada, Jefe del Departamento de Dictámenes y Legislación, Gerente de Asuntos Legales, ocupando, transitoriamente, la Gerencia General de dicha Administración.
– Expositor y panelista en cursos y seminarios nacionales e internacionales de la especialidad.
– Consultora y Autora de artículos, notas y publicaciones. -Entre 1978 y 1994, cumplió funciones en el INSTITUTO NACIONAL DE OBRAS SOCIALES (INOS), luego en la ADMINISTRACIÓN NACIONAL DEL SEGURO DE SALUD (ANSSAL), en carácter de Asesor Legal, Apoderada, Jefe del Departamento de Dictámenes y Legislación, Gerente de Asuntos Legales, ocupando, transitoriamente, la Gerencia General de dicha Administración.

Master de Segundo Nivel en Gestión y Políticas en Salud para Europa y América Latina (Universidad de Bologna-Italia). Desde 1995 es Jefe del Área de Salud, Acción Social, Educación y Cultura del Defensor del Pueblo de la Nación.

11-08-2021

Reflexiones en tiempo de Pandemia. Un recorrido por aspectos no médicos de la situación en Argentina

Monica Del Cerro - Columna para el Grupo PAIS

‘…Ganamos fuerza, coraje y confianza por cada experiencia en la que realmente nos paramos a mirar al miedo a la cara. Debemos hacer lo que creemos que no podemos’. Eleanor Roosevelt.

I.- Cuando ocurren hechos excepcionales como lo es una Pandemia, con  consecuencias a nivel mundial sanitario, social y económico, se piensa si se pudo haber evitado. La respuesta en este caso es no. Pero por qué no detectar cuáles son los desafíos que el hecho inédito pondrá por delante. Las consecuencias van quedando visibles con el paso,  de los días, de horas…así se sabe cuántas personas se infectaron, cuántas se encuentran en unidades de  TI, cuántas fallecieron y cuántas se recuperaron; se accede a muchísima información de toda clase de fuentes, confiables, dudosas y otras que recorren el mundo con solo presionar un botón, son los tiempos que corren y que correrán por largo rato.

Es posible pararse en otro lugar, ponernos en los zapatos de otros y caminar sus caminos, respetando sus  derechos fundamentales, constitucionalmente consagrados como así aquellos que provienen de normas de origen supra nacional, cuyo cumplimiento  el estado Argentino ha comprometido; se trata de lograr una mirada con perspectiva de derechos humanos, pero la sola vista o descripción de los hechos que vulneran esos derechos no basta, sólo si se emprenden acciones que valoren al individuo y al conjunto podrían repararse inequidades e injusticias, que a la sombra de la Pandemia, ocurren a cada momento.

El conjunto de normas que establecen garantías inalienables no deben ser sólo preceptos, en pleno siglo XXI, a 20 años de su inicio, nadie puede conformarse si no ve concretados sus derechos fundamentales que le permitan vivir dignamente, accediendo  a los servicios sanitarios, educativos, alimentarios y todos aquellos que forman el espectro de tales derechos, siendo blanco del respeto que se debe a todo ser humano, por el sólo hecho de serlo.

II.- Por su parte y de acuerdo con las recientes experiencias mundiales, que, justamente, por su juventud, deben analizarse día a día, adoptando nuevos conceptos y descartando otros, no es menos cierto que patologías que venían siendo atendidas por los sistemas de salud, público, privado, de la seguridad  social, etc., tales como oncológicas, crónicas,  otras que forman parte del conjunto de discapacidades, respiratorias, VIH, dengüe, sarampión, enfermedades mentales y en particular la poca asistencia en el primer nivel de atención, sacando énfasis a  la prevención,  como también las desventajas de carácter social, sanitario y económico, entre las que se destaca la pérdida de puestos de trabajo; no dejan lugar a dudas que las otras patologías deben continuar siendo apropiadamente atendidas.

En este sentido, recibimos quejas y demandas de habitantes de todo el país que reclaman la atención necesaria para sus enfermedades, a través de tratamientos que deben continuar y que no pueden interrumpir como así la evaluación de síntomas que deben analizarse, fuera de la órbita de la COVID 19, de otro modo cuando regrese la ‘nueva normalidad´ el sistema de salud en general habrá quedado con deudas difíciles de  saldar y que habrán de insumir toda clase de recursos y aún más….

La salud debe pensarse desde perspectivas permanentemente cambiantes, la ciencia es dinámica y la introducción de nuevas tecnologías que no hace tanto discutíamos han quedado en el olvido, esperemos que sea momentáneo y no se convierta en parte de la próxima etapa.

Es necesario levantar la cabeza y mirar hacia adelante, pero no se debe perder de vista el hoy y evitar desventajas prevenibles. Estamos haciendo un gran esfuerzo que la ciudadanía acompaña, es tiempo que no olvidemos a los olvidados por el COVID.

III.- En el caso de la indeseada ‘corrupción’, que es transversal a todos los temas al igual que los derechos humanos. Qué consecuencias acarrea, ahora que se han caído las máscaras???  El aislamiento social, preventivo y obligatorio que cada tanto se extiende, en pos del resguardo de la salud, desnuda sin piedad nuestras debilidades, sanitarias, sociales, económicas, ello para mencionar algunas dimensiones del problema. El rey está desnudo….sería un buen ejemplo de la situación.

Yendo  más allá de este acercamiento, qué sucede en el caso concreto de los derechos humanos en salud que el Estado debe garantizar; respuesta difícil a una pregunta crucial. El Estado debe combatir la corrupción en todos los ámbitos, debe evitar ser captado por este flagelo, para garantizar que se respeten los derechos humanos, que no  son un ente abstracto, aun cuando muchos así lo crean.

Esta garantía estatal comprende la integralidad de los derechos, incluyendo el derecho al desarrollo humano que obviamente conlleva un impacto diferenciado para las poblaciones históricamente desfavorecidas.

La corrupción  ostenta la característica de requerir una multiplicidad de actores, que se involucran para concretarla, ello implica que tanto el Estado como ciertas entidades privadas, intentan una injerencia indebida en el seno de los mismos estados,  influyendo en la toma de decisiones públicas para beneficio de los mismos actores que la originan.

Las consecuencias, consisten en debilitar los valores democráticos y al mismo estado de derecho, por lo tanto incide en la falta de respeto y garantía de los derechos humanos, aumentando las brechas de desigualdad y pobreza.

IV.- Trabajadores de salud:  Los argumentos han sido contundentes, pues no se puede, tal vez, hacer otra cosa que las aconsejadas por las autoridades, pues están toman las decisiones, con diversos resultados de acuerdo con las jurisdicciones; las diferencias que se generan y habrán de resultar de este proceso predicen tiempos más difíciles, para quienes han perdido sus empleos, para aquellos que tuvieron que endeudarse para sobrevivir -y sólo se trata de un grupo que puede demostrar cierta solvencia para recuperarse-, para los que en número creciente acuden a los comedores solidarios, quienes revuelven la basura y los desperdicios que aún se encuentran, los que  deambulan por las calles sin destino….

Se ha dejado todo para después, después de qué. Es acaso el abandono un remedio, es acaso la pérdida de la dignidad una solución, y ahora hay que empezar nuevamente, hacer lo que no se hizo, no permitir la indignidad que generan  aquellos que olvidan a más del 50% de personas que quedan bajo la línea de pobreza, particularmente, de los chicos y chicas que conforman ese grupo.

Creo que lo más meritorio que tenemos y así lo han demostrado son los trabajadores de la salud, olvidados, desatendidos, precarizados, pero firmes en su propósito de seguir adelante atendiendo a  quienes lo necesitan y aun quedando en el camino. Ahora visibles por la extrema necesidad de la sociedad de contar con ellos como nunca. La salud pasa  a ser una cuestión para expertos y también para ‘expertos en generalidades’, que ahora  se acuerdan de un tema que hace tiempo no es parte de la agenda…

Estamos llenos de Protocolos pero vacíos de soluciones que puedan llevarse adelante a la brevedad, sólo parches que hacen que la inequidad y las desigualdades sean visibles para todos, menos para los que continúan discusiones mezquinas, sabrán que no hay que despertar la ira de los mansos…..

V.- El problema queda planteado. Si podemos aplicar los seguros que brinda la inclusión del respeto a los derechos humanos en la legislación, tal vez habremos avanzado un paso en la lucha contra este flagelo.

Es cuestión entonces de tener la actitud que estos tiempos reclaman, no cabe el miedo, por el miedo mismo, sólo tendremos coraje cuando estemos delante de aquello que nos da temor, nos pongamos de pie y sigamos para concretar no sólo los anhelos individuales, sino también los anhelos sociales con solidaridad y generosidad.

Monica Del Cerro, 2021