Psicóloga. Universidad Nacional de Rosario.
– Formación Psicoanalítica en Observación de Bebés. Método Esther Bick. Asociación Psicoanalítica Argentina, APA.
– Magister de la Maestría “Políticas y gestión de los servicios para la salud. Europa- América Latina” 2019-2020.
Universidad de Bologna, UNIBO.
– Gestora de Recursos en el ámbito cultural Centro Cultural Rojas UBA (entre 2006 y 2014).
Los últimos 4 años hasta julio 2019 en la Secretaria de Asuntos Académicos desarrollando distintos programas:
– Study Abroad, Programa de estudio y cultural para estudiantes de Europa y EE.UU.
– Siele, Servicio Internacional de Evaluación de la Lengua Española.
– Practicas Sociales Educativas, UBA.
– Desde 2000 hasta la actualidad dedicada a la práctica clínica psicoanalítica privada en consultorio.

11-08-2021

Consecuencias de la pandemia. una mirada desde la salud mental
Iluminar lo que estaba en las sombras

Mariela Pérez - Columna para el Grupo PAIS

¿Cuales son las consecuencias emocionales que nos deja esta pandemia? ¿De qué manera afecta la salud mental de la población?

Durante la pandemia Covid 19 que venimos atravesando globalmente y que ha provocado una crisis sanitaria, geopolítica y económica a la humanidad toda; hemos transitado distintas etapas, desde la primera ola a la segunda; las diferencias climáticas entre los continentes; las fortalezas y debilidades en las estructuras de los distintos sistemas de salud para responder ante la crisis; etc.

Como lo hemos dicho anteriormente, la pandemia afecta, al menos, de dos maneras a la salud mental de la población: una como desastre natural que puede originar estrés postraumático en toda la población que ha estado y aún está transitando el aislamiento social. Dado que estamos expuestos de manera continua y persistente, lo que genera estrés crónico, como secuela del aislamiento.
Percibimos  el temor de sentirnos vulnerables o de que podríamos contagiarnos de algo de lo que poco sabemos.

Las conductas problemáticas como el abuso de alcohol, drogas ilegales y tabaco se han acentuado; así como otro signo muy relevante a considerar es: la no adherencia a los tratamientos médicos producto de la evitación es uno de los efectos psicológicos de las pandemias y las cuarentenas que más impacto produce (Hawryluck, 2004)

La segunda, por las posteriores consecuencias neurológicas y psicológicas de las personas que han contraído la enfermedad y pasaron por la infección aguda de COVID.

La Universidad de Oxford, publicó en The Lancet Psychiatry en mayo pasado que, las consecuencias, como trastornos de ansiedad y hasta demencia que se ven en pacientes que cursaron la infección de forma grave, considerando que estos efectos son a largo plazo. Agrega ademas, que una de cada tres personas que tuvo Covid tenía algún problema neurológico o psiquiátrico seis meses después de haber pasado la enfermedad.

A los síntomas y la conmoción física que supone contraer la enfermedad hay que sumarle la huella que deja en la salud mental de los pacientes recuperados; dice al respeto el Dr. Roberto Amón, profesor de la Universidad de los Andes, en Chile, define al Covid como “un tsunami sináptico para el cerebro y la mente” y agregó “Hay cada vez más evidencia de que el virus tiene impacto a largo plazo en la salud física, mental y neurológica” ,“que después de las doce semanas se los llama Covid largo”, agregó , dado que se trata de pacientes que van a necesitar un seguimiento minucioso de su estado de salud. Detalló, además que alguno de los cuadros pueden generar: psicosis, esquizofrenia, trastorno bipolar, trastorno delirante o paranoia.

En Inglaterra ya hay clínicas dedicadas a este “Covid largo”, porque se va a requerir un trabajo multidisciplinario en atención primaria para atender a esta nueva pandemia de enfermedades neurológicas y psiquiátricas que será muy compleja.

Las consecuencias en la salud mental de las personas son muy profundas; se ha expresado, en este sentido, la preocupación de que, en su punto más extremo, estas consecuencias podrían manifestarse como un aumento de las tasas de suicidio.

Sin embargo en ambas orillas se encuentra el personal de salud, como población, que se enferma y que sufre las consecuencias de la pandemia, siendo la porción de la población mayormente afectada y como parte de la población que si no contrajo a enfermedad, sufre las consecuencias de igual modo.

Observamos que en relación a la primera de las consecuencia; cuarentena o aislamiento social en personas que no han contraído la enfermedad, el informe sobre Salud Mental en Cuarentena, de el Observatorio de Psicología Social Aplicada, Facultad de Psicología, Universidad de Buenos Aires, dice: El impacto psicológico de la cuarentena es altamente relevante y debe considerarse junto a otros aspectos sanitarios en la implementación de la cuarentena. La mayor duración de la cuarentena se correlaciona con mayor impacto psicológico negativo en casi todos los indicadores.

Los adultos jóvenes reportan mayor sintomatología que los adultos mayores. Una línea de explicación es que las personas de menor edad afrontan estresores mayores característicos del ciclo vital, incertidumbre en cuanto a la vivienda, inserción profesional, laboral, parejas menos consolidadas, embarazos, hijos pequeños. En Argentina, los niveles de pobreza son más altos en los adultos jóvenes, quienes por lo tanto son más vulnerables, presentan mayor inestabilidad laboral, menores recursos en general.

En todas las dimensiones se registra que quienes realizan trabajos sanitarios sienten una mayor estigmatización por parte de la población general, mostrándose más evitativos luego de la cuarentena y psicológicamente más afectados: con síntomas más graves de estrés postraumático y en todos los otros síntomas psicológicos.

Existe actualmente un consenso sobre qué intervenciones psicológicas son adecuadas para personas afectadas por la pandemia (Holmes et al., 2020). En el corto plazo, resulta necesario mejorar el seguimiento de las tasas de ansiedad, depresión, suicidio y otros trastornos así como evaluar la efectividad de las intervenciones o abordajes en crisis considerando tratamientos presenciales y no presenciales para encontrar modelos óptimos posibles de implementar.

Según Observatorio de Psicología Social Aplicada, Facultad de Psicología, Universidad de Buenos Aires cerca del 40% de la población ha reportado la necesidad de acceder a tratamiento psicológico. Entre las razones por las que no lo ha logrado se encuentran las siguientes: en primer lugar, el problema económico, mientras el resto de los impedimentos se agrupan en la falta de cobertura médica y falta de respuesta de los centros de salud cercanos.

Un dato relevante es que desde el Centro de Telemedicina de Covid-19 que funciona en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP. la Provincia de Bs.As ofrece un dispositivo de escucha atenta y cuidada que la Subsecretaría puso en marcha para brindar acompañamiento psicosocial a todas aquellas personas con quienes se establece comunicación telefónica por ser contactos estrechos, casos sospechosos o confirmados de coronavirus.

El cierre parcial de servicios de salud mental, operando solamente en guardias externas, junto al hecho de que los psicólogos clínicos aún no han restablecido con regularidad la atención de modo presencial aumenta las dificultades de acceso por parte de la población a la atención psicológica.

Es imprescindible mejorar los canales de acceso de la población a intervenciones psicológicas en crisis, para tratamientos presenciales y no presenciales

Además, resulta importante establecer el grado de apoyo psicológico y su accesibilidad para el personal médico de primera línea, población que más riesgo presenta de sufrir las secuelas psicológicas.

En síntesis, comprender cuáles son las consecuencias y de qué manera afectan a la población es clave para brindar intervenciones preventivas a la personas con mayor riesgo, identificar donde puede haber una necesidad clínica insatisfecha y anticipar derivaciones adiciónales a los servicios de salud mental. Para abordar esta doble crisis se requiere de capacidad de gobernanza; que la salud mental logre estar en la agenda política; contar con el estudio de intervenciones psicológicas eficaces, efectivas y eficientes y el acceso de la población a la atención de salud mental. Para concluir, a largo plazo se recomienda ofrecer servicios de salud mental integral para sectores vulnerables como así también identificar y evaluar métodos con apoyo en la evidencia para acceder de forma remota o con intervención presencial a escala para impulsar el bienestar y reducir las principales secuelas.

Mariela Pérez, 2021

Bibliografia:

– Etchevers, M. J., Garay, C. J., Putrino, N., Grasso, J., Natalí, V., & Helmich, N. (2020). Salud Mental en Cuarentena. Relevamiento del impacto psicológico a los 7-11 y 50-55 días de la cuarentena en población argentina. Buenos Aires, Argentina: Observatorio de Psicología Social Aplicada, Facultad de Psicología, Universidad de Buenos Aires. Recuperado de: http://www.psi.uba.ar/opsa/#informes

– Arundhati Roy. La pandemia es un portal. (2020)

– Matthias Pierce; Sally Mac Manus; Holly Hope; Matthew Hotopf; Tamsin Ford (2021) Respuestas de salud mental a la pandemia de COVID-19: un análisis de trayectoria de clases latentes utilizando datos longitudinales del Reino Unido. The Lancet Psychiatry

– Holmes, E. A., O’Connor, R. C., Perry, V. H., Tracey, I., Wessely, S., Arseneault, L., … & Ford, T. (2020). Multidisciplinary research priorities for the COVID-19 pandemic: a call for action for mental health science. The Lancet Psychiatry. https://www.thelancet.com/journals/lanpsy/article/PIIS2215-0366(20)30168-1/fulltext

– Hawryluck, L., Gold, W. L., Robinson, S., Pogorski, S., Galea, S., & Styra, R.m(2004). SARS control and psychological effects of quarantine, Toronto, Canada.Emerging Infectious Diseases, 10(7), 1206.