• Médico cirujano de la Universidad Nacional de Córdoba y especialista en Medicina Interna en la provincia de Santa Fe.
• Médico auditor con extendida experiencia en ámbito público y privado.
• Docente del posgrado de Auditoría Médica en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional del Litoral.

05-11-2021

Auditoría de la salud, disrupción hacia el cambio “estructural” del Sistema

José Oscar Sturniolo - Columna para el Grupo PAIS

“Un modelo teórico, en lugar de simbolizar un contenido, realiza una estructura”

(Afirmación de Michel Serres, citada por Pagés Larraya, 1990).

 

En tiempos de pandemia, hemos visto renovadas las dificultades estructurales y procedimentales del sistema de salud con los crónicos problemas que deseamos resolver desde hace tiempo. Son detalladamente (re)conocidos los múltiples factores que actúan –existentes aún allende las fronteras argentinas- para estructurar, replicar y mantener las notorias y negativas características del sistema (fragmentación, segmentación, inequidad, desarticulación) afectando al mismo tiempo su rectoría y organización, con serio compromiso de la oportunidad y adecuación de los cuidados médicos a los ciudadanos.

 

Está acreditado que las teorías son patrones de descubrimiento del objeto de estudio, son lentes y ángulos de enfoque; son dispositivos de explicación, “la teoría es una declaración de qué causa qué y por qué, y bajo qué circunstancias” (1). Con independencia a las peculiaridades de nuestra nación y época, las coincidencias en el diagnóstico del problema y los ingentes esfuerzos individuales y sectoriales en resolverlo, no se logró aún una integradora adhesión a las soluciones planteadas en la sociedad, evidenciando una formidable, ubicua e implícita crisis paradigmática. La famosa frase del filósofo Voltaire “Le mieux est l’ennemi du bien” (“Lo mejor es enemigo de lo bueno”), nos recuerda la eficiencia: en toda actividad humana se hace necesario encontrar un equilibrio razonable entre el objetivo pretendido y los recursos utilizados en su consecución.

 

El pensamiento lateral permite un ejercicio teórico para descubrir condiciones de posibilidad intra-sistema hacia cambios y mejoras sustentables promoviéndolos y midiéndolos mediante la actividad de “stakeholders” habitualmente desvalorizados por el sistema. El hilo reflexivo se resume de la siguiente manera: en primer término, la naturaleza ontológica del problema se identificó por medio de las respuestas a las preguntas “¿qué?, ¿por qué, ¿cómo? y ¿para qué?” formuladas en la parte introductoria del documento liminar del grupo PAIS (2); en segundo lugar, como una guía para obtener el conocimiento epistemológico del problema se inquirió la teoría de la acción social con una perspectiva metateórica; y por último, se indagó en transdisciplina y los valores primordiales que guían la enseñanza/aprendizaje en la Auditoría Médica, a través de los cuales se incentivan las fortalezas de la calidad ofrecida en los servicios de salud. Se avanzó epistemológicamente recurriendo a la escuela sociológica estructural/funcionalista (Talcott Parsons y Robert King Merton) de la cual se seleccionaron dos conceptos: a) la existencia de los imperativos funcionales en los sistemas sociales propicia identificar los subsistemas biológico, de personalidad, social y cultural como pre-requisitos para cambios culturales, respetando las condiciones, medios y necesidades de los actores, y sus esperables adaptaciones (3); y b) la persistente estabilidad y resistencia al cambio, consecuencias inherentes a la misma estructuración del sistema, que aunque indeseables, son observables, objetivas e ineludibles son las “funciones latentes”(4), que suelen ser blancos habituales en el proceso de resolución de problemas complejos.

 

Surge por este target, la oportunidad de una posibilidad holística y catalítica para que los auditores médicos sorteen comportamientos adaptativos en los ámbitos laborales, utilicen pensamiento complejo y sistémico. Y así implementen en sus múltiples actividades los transversales procesos inherentes a su rol; sean agentes de cambio como parte de equipos multidisciplinarios; fortalezcan la unidad conceptual de la promoción de la salud y prevención de enfermedades; produzcan una disrupción ordenada con innovación incremental, escalamiento y replicación del cambio por medio del ejercicio de sus funciones y de la docencia hacia una calidad bioética e integrada, haciendo propia la frase “un mundo, una salud”, concepto pionero de Rudolf Virchow actualizado con la aparición del cambio climático y de los brotes zoonóticos. (5) Esto posibilitaría el cambio que resulta tan elusivo, en la esencia de sus características “estructurales”, evitando tanto el fundamentalismo ideológico como el “status quo” que nos agobia. La educación con sus externalidades, es el camino para conseguir nuestras mejores aspiraciones.

 

(1) “Clayton M. Christensen, Entrevista al líder intelectual” https://www.strategy-business.com/article/14501

(2) “Una propuesta para (re)organizar la cobertura y transformar la forma de construir salud en Argentina” Pacto Argentino por la Inclusión en Salud PAIS, Septiembre 2012

(3) “La estructura de la acción social” Talcott Parsons, 1937

(4) Robert Merton
(5) https://www.oie.int/app/uploads