Javier Tuero es abogado, recibido en la UBA. Es secretario del Instituto de Salud del Colegio de Abogados de San Isidro. Es miembro del Comité de derecho en Salud de Thomson Reuters. Ha cursado una maestria de gerenciamiento de sistemas de salud en la UBA. Ha cursado un Posgrado de perfeccionamiento contractual y actualemnte se encuentra cursando Inglés jurídico en la Universidad Austral. Ha cursado una Diplomatura en cambio climatico y salud. Ha cursado un Posgrado en instituciones de derecho de salud.

Es profesor en distintas universidades como UCA, UBA, y UMSA. Es autor de diversos artículos y exposiciones relacionadas a la materia derecho en salud. Ha trabajado en la Superintendencia de Servicios de Salud, como asesor directo del gerente general del antiguo APE. Se ha desempeñado como Jefe de legales y coordinador de habilitaciones sanatoriales del Sanatorio Guemes. Es socio fundador de Lexir estudio jurídico, dedicado al derecho en salud e informática.

14-09-2021

El rostro del otro

Javier Tuero - Columna para el Grupo PAIS

Emanuel Levinas (1) en su libro “Totalidad e infinito” habla ampliamente del rostro. La mirada es conocimiento, percepción. Levinas dice, en sentido filosófico, que el rostro es lo que nos prohíbe matar (2). En efecto, en los relatos de guerra se dice que lo difícil es matar a alguien que te mira a la cara, más allá que este prohibido legal y moralmente. Porque de alguna manera, en el rostro ajeno, encontramos nuestra esencia. El ser humanos. Empatizamos.

La empatía funciona de la siguiente manera: yo veo como otro cuerpo se mueve de una manera determinada (por ejemplo, él camina a zancadas) y tiendo a imitarlo, es decir, me muevo de la misma manera (yo camino a zancadas); en esa tendencia al movimiento yace, gracias al instinto de manifestación vital, en una vivencia determinada y propia. Dicho de otra manera, yo “empatizo” mi vivencia con el cuerpo visto; de tal manera que lo que yo siento al andar a zancadas, me ayuda para saber lo que siente el otro cuando anda a zancadas (3).

En algún momento existió en el mundo un aire de esperanza que vaticinaba la posibilidad de salir de esta pandemia mejores como sociedad. ¿Qué fallo? Claramente no podemos reducir a una sola respuesta o factor esta pregunta. Pero repasemos un poco…

El SARS-CoV-2 y su infección COVID-19 se convirtió muy rápidamente en una amenaza mundial a la salud. El mundo es globalizado e hiperconectado. El desplazamiento por diferentes medios (aviones (4), trenes, buses) de vectores (seres humanos) esparcieron la infección muy rápidamente, quizás como nunca en la historia, eliminando un concepto férreo que por momentos pareció vetusto: las fronteras. Durante siglos los países lucharon guerras para obtener y delimitar territorios marcados con fuego y banderas, que este virus desoyó burlonamente. Sin embargo, los humanos, con falta de empatía nos aferramos a ellas, y como resultado, se estima que cerca del 90% de las habitantes en casi 70 países de bajos ingresos tendrán pocas posibilidades de vacunarse contra el covid-19 en 2021 mientras, otras naciones, como Canadá, ya han comprado suficientes dosis para vacunar cinco veces a su población (5).

El virus obligo a reaccionar a un sistema sanitario desoído y librado a suerte de sus actores (éramos siempre los mismos y pocos que hablábamos sobre los problemas de federalismo, fragmentación y segmentación en reuniones y universidades sin que esto tenga lugar en la agenda política ni publica).

De Ministerio a Secretaría. Un mensaje que recibimos los argentinos: la salud no era la prioridad. Pero no caigamos en la grieta tan fácilmente, no es responsabilidad de un gobierno solo, miremos y analicemos un poco más allá. Veníamos desde el año 2002 arrastrando un Decreto de Necesidad y Urgencia (N° 468/02 con sus sucesivas prorrogas) de emergencia sanitaria que lleva en el país mas de 18 años. Es decir, transformamos lo extraordinario en ordinario y hay quienes hoy se sorprenden de los resultados. Este decreto debía durar hasta el 31 de diciembre de 2002. Este era el tiempo que nuestros gobernantes tenían para salir y sacarnos de una situación de emergencia. No lo hicieron, sino que dejaron que se profundice. Uno y otro gobierno. No importa el color ni la bandera. Algunos sectores se fortalecieron, otros se empobrecieron. La inequidad se profundizo. Quizás ahí si encontramos una coincidencia con el COVID, este no respetó banderas, fronteras o colores.

Según algunas fuentes, en este periodo gubernamental, se han dictado 107 Decretos de Necesidad y Urgencia (6) (en adelante DNU), de los cuales 12 son previos a la pandemia 95 en pandemia. Según otras (7), fueron 51 que tienen jurisdicción Nacional y alcance General. Clasificaciones que nos darán diferentes números más que para este desarrollo no tiene importancia. Quizás al principio de esta, muchos pensaron que estos eran parte de un liderazgo necesario en momentos de incertidumbre y lucha contra un virus del que poco el mundo sabía.

Pero con el tiempo, y con mucha más información, o con el diario del lunes como se dice comúnmente, esta modalidad se mantuvo al punto tal que se volvió absolutamente inexplicable con un Congreso funcionando y dictando 98 leyes (8).

Quizás el análisis no debe ser cuantitativo sino cualitativo. ¿Cuántos de ellos (DNU) cercenaron derechos y cuantos de estos custodiaron nuestros derechos? ¿Y cuantos, de estos cercenamientos, si uno lo analiza detenidamente, tienen como fundamento haber reducido al otro, al ser humano, a su salud, a un virus? El concepto de salud, legislativa, doctrinaria y jurisprudencialmente, es mucho más amplio. El ser humano necesita mucho más que no estar enfermo para estar saludable.

Hemos sido testigos y hasta algunos artífices de cambios en las instalaciones sanitarias. Hemos solicitado un compromiso al personal de salud que en sus primeros momentos debía enfrentar a lo desconocido y a escenarios durísimos muchas veces con insuficientes recursos. Hemos sido testigos hace poco que debieron salir a las calles a pelear por su sueldo. El gobierno dispuso medidas de ayuda a las empresas de salud, que las mismas empresas reclaman necesarias pero insuficientes. En pocas palabras, cruje la parte económica que venimos arrastrando desde hace décadas, de un sistema que se encontraba en emergencia y que recibió una inyección de dinero para ser afectada a recursos que, como la explicación de la sabana corta en salud, mientras nos tapábamos los pies, nuestra cabeza estaba fría.

El interés superior del niño y las voces de los más chicos han sido desoídos también. Los resultados de la investigación de la Sociedad Argentina de Pediatría y Subcomisiones, Comités y Grupos de Trabajo son contundentes cuando expresan que los niños han sido los más afectados y los menos escuchados (9). Hay que hacer un poco de memoria y solo como ejemplo ver su falta de voz en periodo de cuarentena estricta. Los adultos podíamos al menos ir a hacer una compra en negocio cercano, pero la voz de los niños de salir fue recién alzada mucho después (10) permitiendo un paseo a no mas de 500 metros de su casa.

Asimismo, recordemos que muchas mujeres y hombres que formaron parte del personal de salud son padres y tenían o tienen que batallar con todos estos cambios además del desafío COVID. Pocas veces y pocos derechos más allá de un bono salud, recibieron ellos. No hablemos de una prohibición de despidos que todos sabemos que, en la práctica, fue solo una expresión de deseo.

El impacto del Cambio Climático (en adelante CC) a la Salud es otra arista que viene estudiándose y mostrando evidencias irrefutables en salud. Es sabido que el 23% de las muertes están relacionadas al CC, y esto representa 12,6 millones de muertes al año (11). Menciono esta arista, no solo por el COVID es una enfermedad vectorial, sino también porque como el CC afecta mucho más a quienes están en situación de vulnerabilidad social (condiciones físicas, sociales, económicas, culturales, institucionales previas a la pandemia) esta pandemia también. Quedan más expuestos los que menos tienen y no se recuperan. Hoy en nuestra Argentina, son el 42% de nosotros en 2020 (12). Pudimos leer sobre los niños guaraníes en Misiones donde existen más de 120 comunidades originarias que no pudieron vender sus artesanías en pandemia y que tuvieron que sobrevivir gracias a sus plantaciones (13), se quedaron sin poder comprar comida, se quedaron sin educación, ya que la virtualidad para ellos es una utopía. Por lo tanto, vemos que derechos fundamentales como salud y educación no fueron ni son para todos, para algunos fueron cercenados de hecho o por derecho sin empatía. Por otro lado, es justo decir que se está dando últimamente y bajo este gobierno, una importancia al CC que es oportuno destacar.

Volviendo a lo filosófico del origen de mi artículo, Aristóteles decía que “el hombre es un animal político por naturaleza” diferenciando al hombre del resto de los animales y según este gran filósofo la empatía no es algo natural, es decir, el ser humano es un animal social (político) pero no necesariamente un animal empatizable, ya que no todos los seres humanos tienen esa cualidad (14).

Sera que el barbijo no nos dejo mirar el rostro del otro? ¿de nuestros niños, adultos mayores y nuestros pobres? Sera que no pudimos empatizar por ello? ¿O será que Aristóteles tiene razón… y algunos de nosotros, no tenemos empatía? Sobre todo… algunos políticos que solo miran a los rostros en elecciones…

Empatizar con el personal de salud no son solo reconocimientos de aplausos o bonos, mucho menos erróneas declaraciones. Es ponerse en su lugar e intentar cubrir sus necesidades para que ellos solo piensen en sus tareas. Es evitar que tengan que salir a pelear por sus sueldos.

Empatizar con el paciente no es solo curarlo. Es entender que su cuidado debe entenderse en sentido biopsicosocial, no meramente médico y mucho menos reducirlo a un virus, porque la salud es una cuestión social, no solo sanitaria, que nos demanda como personas y ciudadanos, no somos únicamente pacientes. No se trata solo de salvar vidas, sino de entender y atender necesidades, pasado y circunstancias.

Empatizar con los niños menores es alzar su voz y defender sus derechos, cuando ellos jamás llegaran a dictar un DNU por si solos. Es pensar en ellos y frente a cualquier conflicto de derechos, priorizar los suyos.

Empatizar con el otro es el CC. El segregar y disponer un residuo correctamente es pensar en el otro. El cuidar al planeta es el otro. “Produce una inmensa tristeza pensar que la Naturaleza habla mientras el género humano no escucha” dice Víctor Hugo (15), y yo agrego, es triste pensar que uno no empatiza con su casa y sus hermanos.

El liderazgo ético, empatiza con quienes perdieron la vida en la lucha en esta pandemia, o perdieron la vida victima de ella, es predicar con el ejemplo, a fin de que el pueblo lo siga. Porque el pueblo sentirá que están pensando en ellos. Por el contrario, la falta de liderazgo empático produce la automática desconfianza perdida de legitimación en las medidas propuestas. Produce el efecto contrario al normado, que es que el pueblo imite o empatice con el ejemplo no debido del líder.

Mi deseo mas profundo es que quienes estén en los roles y con las responsabilidades de dirigir y legislar, demuestren que Levinas tiene razón, que están a la altura de mirar al rostro del otro y verse a ellos mismos antes de actuar y decidir.

1 Filosofo escritor lituano. Totalidad e infinito: ensayo sobre la exterioridad. Ediciones Sígueme. 1997. ISBN 978-84-301-0486-4.

2 Imposibilidad no real sino moral. Loc.cit 1, p. 23.

3 MUNOZ PEREZ, Enrique V. “El concepto de empatía” (Einfühlung) en Max Scheler y Edith Stein. Sus alcances religiosos y políticos. Veritas [online]. 2017, n.38 [citado 2021-08-27], pp.77-95. Disponible en: . ISSN 0718-9273. http://dx.doi.org/10.4067/S0718-92732017000300077, p. 8.

4 En promedio más de ocho millones de personas sobrevolaban el mundo por día (tráfico aéreo mundial previo al COVID-19).

https://www.bbc.com/mundo/noticias-55911364

6 https://www.cronista.com/economia-politica/alberto-y-la-maquinita-del-dnu-cuantos-firmo-y-como-es-la-comparacion-con-cristina-y-macri/

7 Thomson Reuters ofrece un resultado de 51 DNU con jurisdicción Nacional y alcance General.

8 Idem ref. 2

9 Cabana JL, Pedra CR, Ciruzzi MS, Garategara y MG, et al. Percepciones y sentimientos de niños argentinos frente a la cuarentena COVID-19. Arch Argent Pediatr 2021.

10 10/06/2020 https://www.buenosaires.gob.ar/laciudad/noticias/sigue-la-cuarentena-estricta-y-se-agregan-medidas-de-bienestar-para-los-vecinos.

11 PHE-prevention-diseases-infographic-ES (OMS)

12 Los resultados del segundo semestre de 2020 correspondientes al total de aglomerados urbanos registraron que el porcentaje de hogares por debajo de la línea de pobreza (LP) alcanzó el 31,6%; en estos residen el 42,0% de las personas. Fuente: https://www.indec.gob.ar/indec/web/Nivel3-Tema-4-46.

13 https://www.lanacion.com.ar/comunidad/hambre-de-futuro/los-ninos-que-se-quedaron-sin-comida-por-falta-de-turismo-nid27082021/

14 https://lacortesiadelfilosofo.blogspot.com/2015/03/empatia_22.html

15 https://www.terra.org/categorias/ecologia-practica-consejos-ecologicos/produce-una-inmensa-tristeza-pensar-que-la-natural 

Dr. Javier Tuero